sábado, 14 de noviembre de 2009

Pasé una temporada en el infierno y ahora les cuento la experiencia.


Debo confesar que me gusto mucho, me declaro: pecador. ¿Cuantos más caerán? Ahí les dejo la manzana: disfrútenla.

Enfrentarse cara a cara con la poesía de uno de los considerados ‘poetas malditos’, es difícil, por lo mismo de ser ‘maldito’, les hablo de Jean Nicolás Arthur Rimbau Cuif, sus poemas se tornan densos y agresivos, cayendo en la trampa paradigmática que la palabra maldito, encierra.

No se sabe como acometer sus poemas y su vida, todo en Rimbau es una metamorfosis que va de la moderación al exceso. Se llega a creer que se cae en el pecado de quedar cortó en reflexiones, en no comprender la pasión hecha palabra y, a la vez, surge la sensación del caos. Cada verso ratifica una frase que leí de Nietzche: “del caos surge una estrella danzarina”.

No es mi intención hacer un análisis de la obra poética de este genio, ¡lejos de mí esa tentación!, mi cometido no es más que invitar al goce que produce el acto de leer sus poemas: El barco ebrio, las primeras comuniones, Vocales, Iluminaciones, o disfrute, Una temporada en el infierno.

Léalo, pero no olvide que es necesario colocar la mente en blanco, ignorándolo todo, es un volver a nacer, repita en su mente una y otra vez el mantra: no se quienes han sido, no conozco de: Rimbaud, Verlaine, Whitman, Blake, Bodelaire. Y en muchos casos no se conocen porque hasta cierto punto se tornan imágenes de altar sagrado, iluminados por muchos eruditos con mil interpretaciones que no permiten el acceso al ignorante o recién nacido.

¿Cómo se aproxima un crío? a un homosexual, bohemio y vociferante criatura que reina en el infierno.

Tal vez, reflexionando entorno a esa otra palabra paradigmática: Infierno. ¿Qué es el infierno?, es acaso lo temido y no explorado, es el lugar donde después de la muerte son torturadas las almas de los pecadores, es un mundo de lujaría y orgías, de noches, esas noches de la absenta y el hachís, entregándose a ser el gran enfermo, el gran maldito.

O quizá, como afirmaba Jean Paúl Sartre: “El infierno son los otros”, me inclino más por esta última. Partiendo de esta concepción, se llega a comprender la afirmación, “(…)no teme a los caníbales y sí a sus propios hermanos blancos” “(…)qué clase de demonios son estos que tienen el mismo aspecto que uno, hablan como uno, llevan las mismas ropas que uno , comen la misma comida y nos persiguen como perros”.(1)

Rimbaud a los 19 años decidió suicidarse en vida, no volvió a escribir poesía, huyo, escapo de la mirada de Europa, ocho años viajó por varios países, 10 años vivió en África, dedicado al comercio, al trafico de armas, de marfil, a la compra y venta de café. Al igual que Adán, era culpable del pecado original.

Solo me resta añadir una frase de Octavio Paz: “la poesía es el punto de intersección entre el poder divino y la libertad humana” y Rimbaud ejerció el poder divino y tuvo la libertad humana.


1. MILLER, Henry. El tiempo de los asesinos. Editorial Gedisa. Pág. 17. 3° edición.
Ibid.

4 comentarios:

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  2. MI ESTIMADO PROFE, QUE BUENO SABER QUE NUEVAMENTE ESTÁ EN LO SUYO; CREANDO, IMAGINANDO, SOÑANDO....EN FÍN, ME ALEGRA PODER LEER SUS ESCRITOS, AUNQUE LE CONFIESO QUE EL TEMA NO ES DE MI AGRADO.

    UN ABRAZO Y NO OLVIDE QUE SIEMPRE ME SENTIRÉ ORGULLOSO DE SER SU ALUMNO.

    CARLOS ORTIZ (CUN)

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  3. ¡Vaya!, si de demonios se trata la verdad aún no la logro encontrar con manifestarle que ese demonio del cual usted habla suelo percibirlo después de las 6.30 de la tarde con un cosquilleo impensable y con una frívola mirada a las múltiples cuarentonas que corren violentamente para no ser alcanzadas por mis brazos y presenciar el amor desaforado de impulsos nerviosos. Sólo logro ponerlo en su estado indefenso cuando alguna de ellas me regala una tierna sonrisa. Eso podría ser una pequeña probadita del paraíso. Abrazos. Angelo.

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  4. Hablar de los demonios es dificil, creo que los poetas malditos y en especial Rimbau lo hacen de manera magistral. El infierno, el demonio, el amor, las mujers y la vida son para ser descritos y leidos a través de la poesía.

    Carlos, espero sigas leyendo Catoblepas te garantizo que encontraras otros escritos que te gustaran más.

    Angelo, gracias por tu comentario, como siempre muy literario.

    Un ¡abrazo!

    Luis Eduardo

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