domingo, 7 de febrero de 2010

La comunicación como proceso básico de relacionamiento humano

No recuerdo quien dijo: si eres capaz de vivir sin escribir, no escribas. Vuelvo al oficio heredado de Scheherazada, aquella mujer que para conservar la vida, narro durante mil y una noches, mil y un cuentos.

Así es este oficio, se deja de escribir y los lectores al igual que el sultán Shahriar, dan la orden de matar, por eso se debe seguir escribiendo, para evitar que los lectores se conviertan en ‘actores intelectuales’ de un asesinato, más cuando se escribe desde un blog y el lector tiene el poder del ‘click’ para eliminar lo que no le presenta su dosis de espectáculo, lo que no le place: click.

Espero, este no se a mi caso, aquí les va un relato o mejor un buen concepto de lo que es la verdadera comunicación.

“La comunicación tiene, una virtud creadora. Da a cada uno la revelación de sí en la reciprocidad con el otro. En el mundo de la palabra se realiza la edificación de las personas bajo la forma de una explicitación de valor. La gracia de la comunicación, en la que uno da recibiendo, en la que uno recibe dando, es el descubrimiento del semejante, del prójimo, del otro yo mismo, en la amistad o en el amor, más valioso del yo mismo porque se identifica con el valor cuyo descubrimiento logró merced a un encuentro. Cada uno da al otro la hospitalidad esencial, en lo mejor de sí; cada uno reconoce al otro y recibe de él este mismo reconocimiento sin el cual es imposible la existencia humana. Pues el hombre, si está reducido a sí mismo, es mucho menos que él mismo; en cambio en la luz del acogimiento se le ofrece la posibilidad de una expresión sin límites”.

George Gusdrof, La Palabra (in . O’Sullivan R. Jeremiah, La Comunicación Humana, Caracas, 1996)

De esta manera, quizá la próxima vez que quieran hablar apliquen mi relato y sean verdaderos actores intelectuales del arte de comunicar.