martes, 16 de febrero de 2010

La crónica periodistica, un género para no olvidar


Antologia de grandes crónicas colombianas. 1529-1948.Tomo I

Parece uno de esos libros que ni en sueños se leeria, pero no se asuste, es un tomo cargado con la riqueza narrativa de la crónica, los personajes, situaciones y hechos que aparecen en sus páginas nos presentan el lado humano y anecdótico de la historia. Ahí les va la Reseña.

Durante la conquista, la colonia y el 9 de abril de 1948, se produjeron tantas noticias que una sepulta a la otra y llega el momento en que se pierde la sensibilidad de los hechos, situaciones y personajes que marcaron la historia de Colombia.

Frente a esa acumulación de acontecimientos la historia oficial tiene su propia versión, su frio dato estadístico y un anaquel cargado de la historia patria, yerta e inerme.

Esta antología de crónicas no permite que usted pierda el aliento en el intento por su lectura, esta antología de crónicas no permite que esa compulsión lo devore, le quite la sensibilidad, y sobre todo, la claridad y el gusto por leer la historia.

La crónica le da vida a los acontecimientos y le permite al lector ver el rostro de los protagonistas, permite la explicación de los hechos, la profundidad con que el cronista trata temas de geografía, etnografía, flora y fauna, hacen sentir el verdadero valor de este género periodístico.

Los cronistas aquí reunidos transmiten en 56 relatos: el miedo, el valor, la desesperanza, la tristeza y la ironía de la vida.

Títulos como: Balas y coplas, El pintor Vásquez, viejo verde y alcahuete, Mariano Ospina Rodríguez, experto en fugas, Ahí vienen…la fotografía, el carro, el disco, la bicicleta…, Soldados cachacos, victimas costeñas,El paraguas del padre León, Los rojas murieron de muerte natural. Nos hacen esbozar una sonrisa, de tan solo imaginar la picardía, el doble sentido, la magia de las palabras que cada uno de los autores le impregna a su narración.

Maestros del periodismo, el ensayo y la historia como Germán Arciniegas, retratan en: El tesoro Quimbaya: Un regalito para la reina, lo que hasta en nuestros días es noticia, recordándonos que en este país la ficción supera la realidad.

“Don Carlos Holguín era la representación del gran “cachaco”. Rumboso, galante, fachendoso, creyó haber impresionado hasta con su uniforme de alamares y embelecos de oro en la corte española de Isabel II. Estando él de presidente, vinieron al arbitraje y el fallo de la Corona española en el asunto de los límites con Venezuela y no encontró mejores palabras para agradecer a la Reina Madre sus servicios sino regalarle lo que era para 1892 el Museo del Oro de Colombia”.

Holguín, no ha pasado a la historia, a fecha de hoy, Colombia lucha por recuperar el tesoro Quimbaya. Lea la crónica 36.

Título: Antología de grandes crónicas colombianas. Tomo I 1529-1948
Selección y prólogo: Daniel Samper Pizano Editorial: Aguilar, Colombia 2004, 442 págs.