A veces pienso que el sol es mal padre, se ausenta por meses
y a su regreso, sus hijos con algarabía lo reciben consumiendo bolsas de agua, chupando
paletas.
A veces pienso que el sol es mal padre, quiere más los hijos
del caribe o los que habitan en el pacifico.
A veces pienso que el sol es mal padre, nos priva de su
presencia por meses, entregándonos al orfelinato del frío bogotano.
A veces pienso que el sol es mal padre con sus hijos que
habitan en Bogotá.
Cuando regresa nos obliga a despojarnos de abrigos para
abrazarlo y en un momento, se ha ido, dejándonos sumidos en el frío Bogotano.
A veces pienso que el sol es mal padre.